de nuevo en la Ciudad…

Hace unos días que regresé de Berlín.
Un sitio interesante y altamente recomendable: diez días intensos de turismo urbano. Obviamente lo que me he encontrado no es lo que yo tenía en la cabeza, esa ciudad idealizada de la que hablaba en la última nota que dejé aquí antes de irme, pero me ha gustado mucho…

Hemos estado en casa de Charo, una amiga de Noelia que lleva cuatro años viviendo allí: una muy buena anfitriona que va conociendo bien Alemania, Berlín, el alemán y a l@s alemanes, y que sabe contar bien lo que sabe… [y que además ha sabido llevar con santa paciencia mis interrogatorios…]…
Y que tiene un piso fantástico en la que nos ha acogido de maravilla…


Hemos subido a la cúpula del Reichstag, hemos pasado mil veces en bici bajo la puerta de Brandeburgo, hemos visto maravillas (más o menos expoliadas en el siglo pasado y en el anterior) egipcias, romanas, griegas, mesopotámicas…

…y cuadritos fantásticos de Picasso y de Klee y de Vermeer y esculturas de Giacometti...

…hemos paseado por un campo de concentración y por los restos del muro y nos hemos hecho una foto de guiris (con nuestras bicis a los lados) en el Checkpoint Charlie (para darle más autenticidad nos la hizo un japo)…

…hemos comido unos kebabs riquísimos, y cerveza y salchichas y codillo con chukrut, y en un ataque de fetichismo feroz nos hemos hecho una foto en la iglesia en la que curraba Bach en Leipzig, delante de su tumba, y hemos estado en la Bauhaus de Dessau…

…hemos visto algunas exposiciones maravillosas, y otras más sosas, hemos visto edificios alucinantes y otros horribles…
En fin, una visita completita…

Lo de la bici, genial. Al llegar a Berlín cogimos un bus y un metro para llegar a casa de Charo desde el aeropuerto y luego no hemos vuelto a montar en transporte público ni en coche: sólo bici.
Una ciudad muy, muy plana y perfectamente preparada para montar en bici…
Carriles por todas partes, semáforos adaptados… y, sobre todo, conductores, peatones y ciclistas acostumbrados a convivir…


[continuará…]