miércoles, marzo 05, 2008

elecciones (6) :: gripe

He estado unos días malito y hace una semana fui al médico para que me confirmara que no tengo nada peor que una gripe. Un tipo encantador que me ha atendido de maravilla, y con el que he estado hablando más de 20 minutos, de lo que me pasaba y de varias cosas más…
Al hilo de la conversación me cuenta que hace años, creo que en Canadá, un nuevo ministro de Sanidad encargó al llegar a su cargo hacer un estudio para saber en qué era mejor invertir el presupuesto de que disponía. Quería pistas para decidir con criterio si debía hacer nuevos hospitales o si debían hacerse más pruebas y más caras a los pacientes o si lo que hacía falta era más personal o más inversión en medicamentos… Y poder así saber con cuál de esas inversiones mejoraría más la salud de la población.

El resultado del estudio fue que la mejor inversión posible era en educación sanitaria. O sea, que merecía más la pena, me explica mi médico, enseñar a la gente que debía comer bien, hacer ejercicio, etc., en definitiva, “tener buenos hábitos de vida”, me dice él, mejor que invertir en grandes equipos o en grandes hospitales.
Si hacía más y mejores hospitales podría salvar a mucha gente de cáncer y de infartos, pero si educaba a la gente para que tuviera buenos hábitos de vida, necesitaría curar luego a menos gente porque muchas enfermedades se podrían prever y evitar antes de que aparecieran.

Me cuenta mi médico que nunca se llevaron a cabo los resultados de ese estudio.
Primero porque es difícil evaluar ese tipo de campañas: es complicado hacer el seguimiento de alguien a quien le has dado una “dosis” de educación sanitaria y comprobar 10, 20 ó 40 años después si le ha dado el infarto o no, si esas campañas tuvieron efecto o no…
Y segundo, porque una inversión a largo plazo no es electoralmente rentable, y sin embargo inaugurar hospitales y centros de salud y cortar cintas sí parece serlo.
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