sábado, junio 03, 2006

kapuscinski y heródoto

Haciendo un cálculo muy optimista, nos da tiempo a leer unos 3000 libros en toda la vida. Y eso leyendo a buen ritmo.
Son pocos, la verdad...
Y lo mismo pasa cuando tratas de pensar cuánta gente vas a conocer o cuántos lugares verás…

***

Acabo de leer Viaje con Heródoto, de Ryszard Kapuscinski. Un libro autobiográfico y de viajes, en el que mezcla sus propias vivencias con las que cuenta Heródoto en su Historia.
Muy interesante.

“Se trata en el fondo de una pasión no muy frecuente. El hombre, por naturaleza, es un ser sedentario; desde que pudo dedicarse a la agricultura después de abandonar la pobre y peligrosa existencia de recolector y cazador, se estableció, feliz, sobre su pedazo de tierra, se separó de sus vecinos con lindes o murallas, dispuesto a derramar sangre, e incluso a perder la vida, en defensa de su terruño. Si lo abandonaba tenía que ser por una fuerza mayor: expulsado por el hambre, la peste, la guerra o la necesidad de encontrar un trabajo; o bien por razones profesionales cuando se trataba de navegantes, mercaderes o guías de caravanas. Pero nunca han abundado las personas que durante años se dedicasen a recorrer el mundo de punta a punta por su propia voluntad, sin imposición alguna, con el único fin de conocerlo, estudiarlo y comprenderlo, para, luego, además, describirlo todo.”

Un libro lleno de preguntas.
Preguntas sobre cómo escribía Heródoto, cómo recogía y organizaba su información, cómo la recordaba… preguntas sobre las cosas que cuenta, sobre las que no cuenta, sobre detalles que pasa por alto…
Sin duda, las preguntas suelen ser más interesantes que las respuestas…

“Heródoto confiesa su obsesión por el tema de la memoria: es consciente de que la memoria es defectuosa, frágil, efímera e, incluso, ilusoria. De que todo lo que guarda en su interior puede esfumarse, desaparecer sin dejar rastro. Toda su generación, todas las personas que habitan el mundo de entonces viven embargadas por el mismo temor. Sin la memoria no se puede vivir, ella eleva al hombre por encima del mundo animal, constituye la forma de su alma y, al mismo tiempo, es tan engañosa, tan inasible, tan traicionera. Ésta es la causa de que el hombre se muestre tan inseguro de sí mismo. Un momento, aquello sucedió… Venga, haz memoria, ¿cuándo sucedió? Fue aquel… Venga, haz memoria, ¿quién fue? No sabemos, y detrás de ese «no sabemos» se extiende el territorio del desconocimiento; es decir, el de la no existencia.
El hombre contemporáneo no se preocupa por su memoria individual porque vive rodeado de memoria almacenada. Lo tiene todo al alcance de la mano: enciclopedias, manuales, diccionarios, compendios… Bibliotecas y museos, anticuarios y archivos. Cintas de audio y de vídeo. Internet. Depósitos interminables de palabras, sonidos y cuadros, en las casas, en los almacenes, en los sáltanos y en las buhardillas.”

Está constantemente yendo y viniendo entre los sitios que él visita y los que visitó el griego. Y yendo y viniendo entre el siglo xx en que él vive y viaja y el siglo v antes de nuestra era en que vivió Heródoto…

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿No tiene Serrat una canción sobre la memoria?? Recuerdamela....

12:09 a. m.  

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