martes, mayo 16, 2006

ny

No lo entendía, pero ya lo entiendo… no entendía por qué todo pasaba en NY y por qué todo el mundo iba para allá: King Kong va a subirse con su chica al Empire State, Godzilla se hace su nido en el Madison Square Garden, todos los extraterrestres hacen allí su primera escala terrestre, Spiderman vive allí, los maremotos y las tormentas de frío polar llegan allí, los cometas caen en Manhattan, los malos malísimos es allí donde van a tirar torres……
Yo, que debo ser un tipo cargado de prejuicios, pensaba que esto era cosa de los gringos, que son unos creídos y unos prepotentes… pero no, lo que pasa es que NY es una ciudad increíble, alucinante, y claro, aunque sólo me dio tiempo a dar un par de paseos, entendí bien que si yo fuera King Kong también me gustaría ir allí con mi chica y si fuera Godzilla también elegiría NY para fundar una familia…
Aterricé el viernes por la noche, dejé las cosas en el hotel, y con una mezcla de agotamiento y excitación, me fui a la calle. Estuve un par de horas andando: séptima avenida, times square, broadway y por la quinta de vuelta al hotel…



Fue un encuentro que tenía pendiente y que no me defraudó en absoluto: el olor, el ruido, la luz, la gente, los camiones de basura cruzándose con los coches de policía y con las limusinas y los taxis…
Por la mañana me desperté antes de que sonara el despertador. Una ducha, el desayuno y a la calle de nuevo.
Se supone que había quedado en el lobby del hotel a la una de la tarde para irnos al barco, así que podía aprovechar algunas horas de la mañana para caminar de nuevo…



Al salir a la calle me emocioné pensando que estaba, por fin, caminando por NY. Caminé y caminé y caminé… pasé por el edificio de la onu, por el empire y por el chrysler y por la estación central…
Me llevo la impresión de que tengo que volver cuanto antes… no vi el guggenheim, ni la zona cero, ni ninguno de los museos, ni central park…
Queda todo pendiente.

PD: cuando ya estaba volviendo hacia el hotel, me encontré una mani contra la guerra y contra bush… fue divertido y emocionante. En España hay quien tiene la idea de que un@ gring@ es alguien gordo, un poco tonto, egoísta, inculto y que se pasa el día viendo béisbol y comiendo hamburguesas…
Hace mucho que pienso que no es así. No puede ser así. O al menos no más que aquí o que en cualquier otro sitio… Hace mucho que pienso que allí está todo lo mejor y lo peor. Y que allí también ha de haber gente crítica con su política y con su presidente…
Una cosa es pensarlo y hablarlo aquí con amig@s, y otra es, de repente, encontrar por la calle un grupo crítico con su propio país, con sus gobernantes, y que gritan cosas parecidas a las que se gritaban en Madrid contra la invasión de Irak.



PD2: Por cierto, cuando aterricé, haciendo cola para que me tomaran las huellas de mis dedos y me hicieran la foto y me sellaran el pasaporte... encendí mi móvil para comprobar que podría usarlo allí… y el primer mensaje que me cayó fue de mi abuela deseándome buen viaje.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

El ciudadano de Hispania visita Roma por primera vez, la CIUDAD por antonomasia. Se siente abrumado por la grandeza de la ciudad, por el tamaño de los teatros, que nada tienen que ver con los más modestos de su patria chica, por la monumentalidad del Coliseo, las dimensiones del circo, el ajetreo del foro donde se hace y se deshace. Queda impresionado por los monumentos dedicados al "Imperator" cuya efigie sólo conocía por las monedas, los arcos de triunfo, los desfiles, las columnas conmemorativas, la riqueza de las "domus", la pobreza de las "insulae", la habilidad de los oradores, la abundancia de los mercados, el vicio de los prostíbulos...
El ciudadano hispanense admira las grandes obras públicas, el alcantarillado, los puentes, las basílicas, los templos, las calzadas, el empedrado de las calles...
El ciudadano no se siente decepcionado, y entiende el por qué de la famosa frase "todos los caminos llevan a Roma" y por qué los bárbaros intentan, desde el principio de los tiempos, asaltar y hacerse los amos y señores de la ciudad. También entiende por qué llegan hordas de extranjeros, a pesar de que tienen aún menos derechos que los esclavos.
Roma es el centro del mundo, la ciudad más grande de todo el orbe conocido. El ciudadano hispanense respira con alivio: viene de una lejana provincia, pero, con todo, es CIUDADANO romano… No es extranjero, ni mujer, ni esclavo. De ser así, Roma no sólo lo abrumaría con su grandeza, sino que lo trituraría, lo engulliría y escupiría sus restos en una de las barriadas más pobres, de esas en las que no hay empedrado y cuyas calles se inundan por las lluvias y las aguas residuales; o lo pondrían de patitas en el “limes” y le negarían para siempre la entrada y el sueño de conseguir la ciudadanía.

12:26 p. m.  

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